miércoles, 30 de marzo de 2011

¿Para qué aprender historia?

Es de todos bien sabido que para comprender nuestro presente y proyectar nuestro futuro es necesario hacer una retrospección y entender nuestro pasado. Saber de dónde venimos fortalece nuestras raíces identitarias y nos ayuda a atravesar por la vida tratando de no repetir errores de antaño.
Fundamentándose en la RIEB 2009, la historia se convierte en una asignatura esencial en el desarrollo de competencias para la convivencia y la vida en sociedad, al favorecer en alumnos y alumnas las capacidades de reflexión, análisis para criticar el presente y vislumbrar un futuro en el que ellos serán los protagonistas de dicha historia.
Particularmente he utilizado una metodología donde la historia permita al alumno “revivir” la historia de una manera amena y creativa, a través de la elaboración de textos (cuentos, historietas, guiones teatrales) la experimentación con materiales plásticos (maquetas, instalaciones, máscaras, etc.) y la dramatización (obras de teatro, puestas en escena).
Considero que la manera en que “aprendí” la historia difiere en grandes proporciones a la forma en que la enseño; en el sentido de que mi generación “aprendió” la historia mediante la memorización de fechas, la sistematización de datos, la resolución de cuestionarios, etc. Lo que la convertía en una práctica tediosa.
Mis resultados en el trabajo con los alumnos se han hecho evidentes en el aumento del interés por conocer sus orígenes, su contexto y todo lo que ha tenido que transcurrir para gozar de la vida actual.
Los materiales didácticos para la historia siempre han sido el talón de Aquiles de la asignatura dada su insuficiencia, por lo que es el docente quien debe buscar alternativas didácticas, la institución cuenta, generalmente con retratos, biografías, líneas del tiempo, mapas, etc.
Considero que requiero un mayor dominio de la metodología situación-problema para apoyar el aprendizaje significativo de los alumnos en una asignatura que ha quedado “históricamente” relegada.
Abordar la historia de una manera que consolide aprendizajes significativos es brindar a los alumnos la oportunidad de compartir experiencias y sucesos que ayuden a los alumnos a comprender el pasado y a movilizar sus conocimientos para cambiar el futuro.

Profr. Alejandro Tejeda López

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